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Revista Contable nº 72
Revista Contable nº 72
No importa cuántas veces oigamos que el tiempo pasa de manera rápida. Una percepción, si cabe más aguda, para los que tenemos el privilegio de aproximarnos a los años, digamos “maduros”, especialmente cuando vemos crecer a niños y jóvenes a nuestro alrededor. La AECE, en este ejercicio que finaliza, cumplió sus 37 años y, los que llevamos años tratando de mantener la línea que nos trazaron sus fundadores, con su visión y nuestra misión, podemos sentirnos satisfechos un ejercicio más de la labor realizada.
Como representante de la AECE, quiero agradecer el trabajo de todos y cada uno de los compañeros de Junta Directiva, Comisiones y Grupos de Trabajo, pues gracias al tiempo –ese bien escaso que nos dan– y a su labor desinteresada, insuficientemente reconocida y valorada, nuestra asociación cumple satisfactoriamente sus años
Debemos reconocer la labor de los empleados de la entidad que saben como nadie mover, día a día, el engranaje en la oficina de la AECE para que todas las actividades estén a punto. También, quiero dar las gracias a nuestros colaboradores, ponentes, escritores de la revista y proveedores, que aportan (cuando los necesitamos) su granito de arena en nuestra institución. Por supuesto, que el cuadre del balance de actividades de este ejercicio que se nos fue no sería posible sin el apoyo y la confianza que todos los asociados nos han dado por muchos años.
Ya, con la vista puesta en el nuevo 2020, donde se vislumbra un panorama económico sombrío, afectado por una desaceleración global agravada por los efectos del Brexit, la guerra comercial y tecnológica EE.UU.-China y la desestabilización en Oriente Medio, los analistas declaran que el ciclo económico de expansión global ha tocado fondo, iniciando una desaceleración económica mundial, escenario que afectará a todas las economías. Si a esto, le sumamos la incertidumbre política en la que estamos sumergidos, obtenemos una combinación presumiblemente complicada y conflictiva, a la que tendremos que hacer frente con buenas dosis de positivismo y sobre todo ayudados por los avances tecnológicos que se suceden exponencialmente en las telecomunicaciones y en la investigación científica, la gran inversión en capital intangible que predice el nacimiento de la “economía del conocimiento”, como cuarto sector, es una realidad de la que estamos siendo testigos, tal y como predicó la Ley de Moore: los precios de los dispositivos bajan al mismo tiempo que las prestaciones suben.
La AECE toma conciencia de estos Winds of Change –acordándonos del tema de Scorpions–. Seguimos muy de cerca la evolución acelerada de la adaptación, o mejor dicho, de la transformación de los despachos profesionales operada por la citada revolución digital, con la aparición en el mercado de nuevas herramientas semiautomatizadas de cumplimiento normativo. También se avecinan cambios legales en materia fiscal, laboral, contable y mercantil, a los que estaremos atentos, para facilitar al colectivo la información y formación necesaria para adaptar esta realidad social al ejercicio profesional. Sin olvidarnos de las negociaciones –para un ajuste positivo– con la AEAT, en la relación cooperativa en la aplicación de los tributos, el Código de Buenas Prácticas, etc.
Quiero finalizar deseándoles, en mi nombre y en el de los compañeros de la Junta Directiva de la AECE, que pasen unas fiestas navideñas alegres junto a sus seres queridos, y que el 2020 sea el mejor de sus vidas –a pesar de lo que nos digan los analistas–. No olviden que la AECE es una gran familia. Y la familia es lo más importante en la vida.
Un fuerte abrazo
Juan Carlos Berrocal Rangel
Presidente de AECE
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